Valga comentar que las personas que
dinamizaron el taller y la empresa que lo organizó ( Imaginno ) son facilitadores homologados y
certificados.
Por otro lado, es importante resaltar que la
preparación del taller y la definición de los objetivos a conseguir llevaron un
tiempo casi tan importante como el propio desarrollo de la sesión de trabajo.
No voy a entrar en la descripción del método
simplemente voy a compartir aquellas conclusiones que me parece se sacaron a
tenor del objetivo general: “Definir cómo será la formación en el año 2030”.
Para que os hagáis una idea asistieron a este
taller 17 profesionales y directivos provenientes de otros tantos países. Todo
ello fue posible gracias a la iniciativa de INAP
y en especial de Juan
Carlos González González, verdadero impulsor de iniciativas innovadoras.
Conclusiones
·
Cada asistente
situó a su país (colocó su maqueta) en función de su cercanía con el modelo de
la formación del 2030 (construido entre todos).
·
En este
sentido, ¾ partes de los participantes se situaron muy cerca de las
metodologías/formatos y herramientas del 2030 pero muy lejos de los usuarios
“tipo” que se espera en esos años.
·
¼ parte de
los participantes se situaron muy cerca de los usuarios “tipo” del 2030 aunque
muy lejos de las metodologías/formatos y herramientas del modelo 2030 que ellos
mismos construyeron.
En la opinión de los organizadores del taller
parece claro que en la mayor parte de los países se está apostando por la
tecnología, metodología y nuevos formatos como los elementos clave en cuanto a
la transformación que sufrirá el modelo de la formación para el año 2030 lo que
en su opinión (y una vez culminado ese proceso) les acercará a las necesidades
del usuario 2030.
o Importante: se produjo un debate muy interesante puesto
que estos países, al comprobar que estaban muy lejos de los usuarios 2030,
dudaron acerca del planteamiento que habían adoptado dado que podría pensarse
que la inversión que se está realizando en el desarrollo de tecnología y método
no está teniendo en cuenta las necesidades del usuario 2030. Un riesgo que
quizás a partir de este taller pudieran llegar a contemplar como un elemento importante
a reflexionar.
Por otra parte una minoría de países apostaron
claramente por focalizar su estrategia en la parte más humana de la ecuación,
fomentando e intentando cubrir las necesidades menos “hard” de los usuarios,
acercándose, por tanto, a las necesidades clave de los usuarios del 2030 sin
efectuar grandes inversiones en nuevas metodologías/formatos y herramientas.
Esto puede significar que se están trabajando
las habilidades necesarias para acoger de forma adecuada a un usuario 2030,
previamente definido como: abierto, motivado, comprometido, exigente, constante
y empoderado.
o
Importante: estos países reconocieron que en estos quince años que quedan
deberían llevar a cabo inversiones tanto en el aspecto tecnológico como en el
metodológico para estar a la altura de las expectativas de esos usuarios.
o
Reflexión: aunque como frase destacada podríamos extraer aquella en la que
se decía que la tecnología sin humanos no deja de ser una sinfonía entre
sordos. Por esta razón, entre otras, consideran que invertir en las personas es
más importante que en el desarrollo de herramientas o métodos.
En otro orden de cosas, los dinamizadores del
taller observaron cómo, de forma espontanea, los países al ver colocadas sus
maquetas junto a unos y alejados de otros, llevaron a cabo contactos con
aquellos a los que pensaban podrían pedir “consejo” o aprender de “su ejemplo”.
¿Con qué finalidad? Básicamente para estudiar
posibles soluciones y cambios de rumbo con el fin de orientar su modelo
formativo al punto equidistante, aquel en el que su modelo formativo se
encuentre más cerca del futuro dibujado en la maqueta del 2030, tanto en
herramientas, metodologías/formatos como en su cercanía a esos nuevos usuarios
(y sus necesidades).
Por último, y recuperando las maquetas en las
que se hacía referencia a las “palancas” y “barreras” con las que se
encontraban en su día a día en cuanto al desarrollo de su proyecto formativo, se
comprometieron a desarrollar un plan de acción en base a la construcción de un
nuevo modelo (se les facilitó el material para que se lo llevaran para su
disfrute).
Un plan de acción que contempló la puesta en
marcha de determinados resortes que les permitirían salvar las barreras y
empujar su modelo hacia la superación de las debilidades detectadas.
¿Qué aportó
la sesión a los participantes?
No solo obtuvieron la descripción detallada
de su modelo de formación actual, sino que lo pudieron contrastar, in situ, con
el de otros países, imaginar cómo sería dentro de 15 años y construirlo de
forma consensuada entre todos ellos (tan diversos y a la vez tan homogéneos).
Y además, se situaron en el “mapa” visual y
pudieron confrontar su modelo con la realidad de lo que les esperaba. La
distancia que les separaba de cada uno de los ejes y los países a los que
podían acudir con la finalidad de obtener lecciones aprendidas, recetas o
nuevos caminos que seguir.
Al final se demostró que no lo sabemos todo y
que nuestra visión no se suele corresponder con la realidad absoluta, sino que
solo podemos constatar nuestra parcialidad. Se dieron cuenta de la necesidad de
abrir sus mentes, ser flexibles y muy permeables.
Descubrir que las ¾ partes de los países de
su entorno se encontraban en su misma situación frente al futuro, fue, cuanto
menos, una sorpresa para muchos de los que allí se encontraban.
Quizás, a veces, pensamos que “lo nuestro” es
lo que “vale” pero nos olvidamos que otros están avanzando a nuestro par y que
quizás debemos ser más transparentes y colaborativos a la hora de afrontar
estas épocas de cambio que nos han tocado vivir.